Ni una menos

Es imperativo que la ola creciente de indignación contra el maltrato a las mujeres (violencia verbal y física, ataques con ácido, feminicidios que se repiten sin cesar, trata de personas, desapariciones forzadas, violaciones carnales) se convierta en un tsunami depurativo que arrase con los autores de semejantes atrocidades, de las que son también víctimas los niños de ambos sexos.

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