Patricia Arquette se llevó el discurso escrito a los Oscar. Su llamamiento a la igualdad de la mujer le ha ganado las simpatías de estrellas tan dispares como Meryl Streep y Jennifer López, unidas en el mismo grito de solidaridad, o de voces alejadas de la ceremonia del cine como la de Hilary Clinton, haciendo precampaña electoral sin todavía ser candidata a la Casa Blanca, o de la Secretaría de Trabajo estadounidense, que mostró su apoyo a las palabras de Arquette en un tímido tuit.